La verdadera caridad
Hace algunos días, escuche a alguien decirle a otra persona “no lo regañes, acaso no tienes caridad”, y me surgieron de inmediato estas reflexiones que hoy comparto con ustedes:
¿Acaso Jesús no tuvo caridad cuando reprendió a los mercaderes en el templo? ¿Podríamos acaso decir que por ese hecho Jesús es falto de caridad?
Nos confundimos muy a menudo, mezclando sentimientos con virtudes, y aun más con espiritualidad.
Hechos circunstancias, tiempo-espacio, hacen que en ocasiones confundamos los verdaderos valores de las palabras.
Si así fuera, seriamos de preguntarnos si debemos de aceptar actitudes viruloides y mediocres que dañan estructuras solo por conservar “la caridad” de a quien conviene aplicarla en su momento.
Aunque es muy difícil humanamente explicarlo, no esta por demás analizar los siguientes términos:
- Caridad es un todo, virtud divina otorgada por dios a los hombres para su desarrollo y cuidado.
- Caridad no es solo esperar, sino también construir.
- Caridad es otorgar, dar, pero dignificar.
- Caridad es recibir para crecer.
- Caridad es confiar pero retribuir.
- Caridad es ser verdadero para no mentir.
- Caridad es arrostrar y no esconderse en ella para destruir.
- Caridad es buscarme a mí para encontrar a Dios en los demás.
- Caridad es apacentar pero no ser tonto.
Y tantas, tantas cosas mas que faltaría espacio para terminar.