“Los verdaderos dirigentes”
Hablando en Escuela de Pastoral de los verdaderos dirigentes ponemos a tu consideración las siguientes reflexiones:
- El verdadero dirigente no crea intereses personales que lo desvíen del objetivo único para el cual fue elegido: servir a sus hermanos.
- Es obediente y dócil a las indicaciones emitidas por la Coordinación General o su autoridad inmediata únicamente por amor a Cristo.
- Es constructivo y propositito, siempre pensando en el bien de la Obra y dejando a un lado sus propios conceptos o razones.
- Es verdadero y objetivo, tomador de decisiones y facilitador de soluciones a los problemas que se presenten.
- Es factor de unión entre sus hermanos y motivador e innovador de preceptos que ofrezcan mejores alternativas favor de la obra sin dañar ni sustituir la esencia o las normas que la propia Obra tiene establecidas.
- Es templado y certero en sus conceptos y decisiones, mirando siempre por el respeto y bien de los demás pero protegiendo la estructura de la obra.
- Es auténtico, lo que dice es igual a lo que hace pues su personalidad es fiel reflejo de su vida interior cotidiana.
- Es respetuoso, pues un dirigente que no se respeta a sí mismo es difícil que se adhiera a alguna estructura de autoridad que lo controle.
- Es honesto, pues siempre habla las cosas de frente y sin miedo ya que la verdad libera y la honestidad enáltese.
- Es servicial, pues se dona en su totalidad para el beneficio de los demás sin esperar nada a cambio.
- Es temeroso de Dios, pues jamás se servirá de los bienes de la Obra para su beneficio personal.
- Por ultimo, es imitador de algunas de todas las virtudes de Cristo pues éste es su ideal.
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