miércoles, 30 de diciembre de 2009

Anecdotas Sacerdotales 21


En los primeros años de 70s, llegó a El Salvador un joven sacerdote colombiano, Mario Bernal. Un sacerdote con un extraordinario don de gente, melódico y nunca visto enojado. En mi parroquia La Merced, estuvo como coadjutor. El celebraba la misa dominical a las 9 am. A esa hora unos adolescentes mariguaneros se ponían a jugar fútbol en la calle y de pronto la pelota rebotaba en medio de los fieles. El P. Bernal no les decía nada y las ancianas de la parroquia se molestaban con él, sobre todo cuando comenzó después de la misa a jugar con ellos. £Increíble!, pero aproximadamente unos 15 jóvenes comenzaron a escuchar la misa y el Padre formó un grupo de jóvenes que les llamó "La Brigada". Otros jóvenes ajenos a éstos se unieron a la Brigada, entre ellos, mi hermano y mis dos hermanas.

Dos años después, vino el huracán "Fifí". El Padre organizó a la Brigada para atender a esta emergencia. Después, él fue nombrado párroco de Apopa, al norte de San Salvador; de donde fue expulsado por la Guardia Nacional, acusándolo de comunista. Inspirado en su carácter pastoral, me fui al seminario franciscano en la Antigua Guatemala y otro se fue con los dominicos. Me salí, me enamoré y me casé. En enero de 1986, nos encontramos en San Salvador y me preguntó: "qué pasó con los franciscanos?". Le respondí, que me había incorporado al seminario anglicano. "Quiero ser como tú", le dije. "Mira Ignacio, nunca digas no, aunque sea un poquito, en la Iglesia hay mucha suciedad, pero hay mucha santidad también, por eso, hay que amarla". Me hice sacerdote anglicano, pero fue difícil trabajar siendo casado, no sólo por el factor de los celos, sino también, por no poderme entregar al Señor a tiempo completo.

Hoy soy divorciado y la Iglesia Católica me anuló el matrimonio religioso. Estoy esperando a que mi hija cumpla los 18 años, para poder abrazar el presbiterado católico. En el perfil del P. Mario, descubrí mi vocación. Dedico esta anécdota independientemente al concurso, a la memoria del +P.Mario e invito a los jóvenes a descubrir su vocación al sacerdocio, si es posible en su sacerdote. PAX ET BONUM

--José Ignacio Meza Rodezno

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