domingo, 3 de mayo de 2009

Editorial del Virus de la IV Año 1 No.2 noviembre 2006

En esta sociedad tan revolucionada en la que ya nada nos causa asombro, descubrimos día a día cómo el hombre, en su libertad, se olvida cada vez más de Dios, tomando como bandera modas extranjeras y costumbres que nada lo enriquecen pero sí lo alejan más de la labor de ayudar a los que menos tienen, a su prójimo.

Vemos con tristeza que poco o nada se hace para tender la mano a esos hermanos nuestros.

La violencia, miseria, agresividad, falta de fuentes de trabajo y la falta de amor e indiferencia son signos permanentes de esta cultura de la muerte que estamos viviendo.

Pero no todo está perdido, pues sabemos que nosotros somos las manos de Dios.

¡¡¡Utilicémoslas para lo que fueron creadas!!! Servir y convertir los malos hábitos en buenas acciones. Recordemos que obras son amores.

Que así sea.

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