lunes, 4 de mayo de 2009

Editorial del Virus de la IV Año I No. 4 febrero 2007


Cada vez que termina el año e inicia otro, decimos que hacemos un balance acerca de lo que nos pasó, de aquello que prometimos hacer y lo que no alcanzamos a cumplir... ¿pero nos preguntamos también esto acerca de nuestra vida espiritual?

¿Hacemos un espacio también para las metas espirituales de este año? ¿o simplemente esperamos que “sea lo que sea” sin trabajar por ello?

Independientemente de todas las metas que te hayas marcado este año, haz un espacio en tu vida para la oración, una verdadera oración, donde en vez de adquirir el papel de un niño que todo lo pide, adquieras el papel de un ser que todo lo ofrece por amor.

Que Dios nos ilumine en este año que comienza.

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