Vivimos nuevamente la grata experiencia de la Peregrinación al Santuario de Cristo Rey de la Paz en Guanajuato. Hubo de todo, cansancio, calor, sueño, sed, apetito, empujones, desmayos, jóvenes, niños, ancianos, enfermos, discapacitados, fanáticos, escépticos, reporteros y hasta hermanos separados que no cabían en su asombro de la multitud que en las alturas escalaba la montaña con mucha fe, sin importar todas las incomodidades que este evento propicia.Creemos que estuvo bien sin exageración, sin embargo sabemos que algunos desconformes tratarán de menospreciar la labor de la Comisión Organizadora de la Peregrinación. A ellos los invitamos por una sola vez, a ser constructivos y reconocer el esfuerzo de nuestros hermanos organizadores. No negamos que existen aspectos que necesitan mejorarse, pero si todos construimos, serán cada vez menos las cosas que nos harán falta corregir.
Felicidades a la Comisión Organizadora, que Dios los lleve el Espíritu desinteresado
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