Vivimos una vez más la agradable experiencia de un retiro, un retiro más, pero analicemos con tranquilidad ¿verdaderamente esto es lo que esperábamos? ¿nos dejó algo nuevo? ¿algo constructivo? O como cada año, sólo fue un ejercicio pedagógico que nos dio conocimiento pero cero crecimiento espiritual.
Compartimos la eucaristía, el pan y la sal en común unión aportando cada cual un poco de lo que tuvo para esta fiesta, sin dejar que la esencia de este convivio se perdiera o se transformara en un banquete de postín (es decir, de ricos) que nos ofrece más comodidad, pero que elimina el verdadero sentido de convivir y compartir como verdaderos amigos para hacernos mas hermanos.
Opina, levanta tu voz y expresa tu sentir, que lo estaremos esperando.
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