miércoles, 2 de diciembre de 2009

Anecdotas Sacerdotales 6


La mamá de mi esposo, la señora Any Mercado , era originaria de una población del Estado de Jalisco llamada Yahualica ( de ahí es también originario nuestro Arzobispo el Emmo. Sr. Cardenal de Guadalajara, Don Juan Sandoval Iñiguez).

Ella contaba esta historia del Señor cura de la parroquia del lugar, el Padre SEVERO LOPEZ, un sacerdote muy humilde que tenía fama de santidad. Cuentan que el PADRRE SEVERITO ( así se le conocía) comenzó a celebrar Misas entre semana por las tardes, cuando aún estas no estaban permitidas. Llegó información de este hecho a oídos del entonces Sr. Cardenal de Guadalajara, Don José Garibi Rivera, bajo cuya jurisdicción se encontraba y lo mandó llamar para amonestarlo. El padre SEVERITO acudió a la cita y cuando el Señor Cardenal le llamó la atención por lo que hacía, el padre SEVERITO le explicó que su intención era que las personas que salían muy temprano a las labores del campo y no alcanzaban a asistir a las misas en los horarios establecidos pudieran participar en la Santa Misa y acercarse a los sacramentos en otro momento del día, al terminar sus trabajo.
Parece ser que el Sr. Cardenal no acababa de convencerse de esta transgresión y las argumentaciones del padre SEVERITO no le convencían del todo, de modo que después de una ligera discusión sobre el tema en un momento dado el PADRE SEVERITO SE QUITÓ LA SOTANA Y SE LA ARROJÓ AL SEÑOR CARDENAL DICIÉNDOLE..." ESTÁ BIEN, JOSÉ, SI NO TE PARECE, AHÍ TIENES". Al ser aventada la sotana, esta se quedo suspendida en el aire, colgada en un rayo de sol que entraba por la ventana; sorprendido y viendo en este hecho algo excepcional el Sr. Cardenal la descolgó rápidamente y se la regresó al padre Severito diciéndole, " ESTÁ BIEN SEVERO, VETE Y HAS LO QUE QUIERAS". El padre Severito regresó a su parroquia y continuó celebrando sus misas vespertinas.

--María del Refugio Castellanos López, México

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