martes, 15 de septiembre de 2009

El Renegado (Lé Defroqué) Parte 3

Después de algún tiempo le llegan vacaciones a todos los seminaristas, y Gerard decide ir a visitar a su amigo Morand, quien le dice sarcásticamente cómo es que le permiten salir e irlo a ver, Gerard le dice que no solo a él verá sino también a Catherine, entonces Morand le dice que será un verdadero bautismo de fuego (Ya que aún no ha sido ordenado sacerdote y ese día será determinante para Gerard).

Van a cenar los 3 y aquí acontece una de las escenas más significativas de la película. Morand le pregunta a Gerard que si a ojos de él siempre será sacerdote, lo cual contesta afirmativamente, entonces pide una botella de vino y la vacía en un contenedor, y entonces dice que puede pronunciar “ciertas palabras” sobre ese vino y dejará de ser vino… Gerard trata de detenerlo, pero Morand lo hace y consagra el contenido de una botella y amenaza con tirarlo al piso si Gerard no se lo bebe. Catherine le ruega que los deje en paz, pero la cara de Morand es impresionante, el sabe que Gerard lo hará, sabe que caerá en su trampa…. Gerard bebe el contenido en medio de gritos de los demás, de música estruendosa y de Morand aplaudiendo con la alegría de alguien que logró se hiciera una travesura y un daño.

Gerard termina sintiéndose muy mal y odiando a Morand por lo que le hizo, pero después de reclamarle a todo pulmón en la calle, le perdona, y dice: “es un sacerdote quien te perdona ya que ahora estoy seguro de que esa es mi vocación”.

Morand estaba viviendo con su mama, una mujer muy amable y esperanzada de que su hijo un día regresara al buen camino.

La mama y Gerard congenian muy bien y entre los dos traman un ardid para que Morand se convierta, invitan a todos los demás “renegados”, sobre todo a aquellos que Morand detesta y que no le gusta que lo pongan en la misma categoría que ellos, y así se lleva a cabo, al verlos Morand los corre enérgicamente, pero después se percata del engaño de su mama y de Gerard y hace otra cosa, ni se une a los renegados ni tampoco regresa a la Iglesia, mas aún, decide irse de casa de su mama ya que se siente traicionado por ella, le indica que le seguirá dando dinero por las regalías del libro que escribió (y que tiene muy buena venta).

Morand se va a vivir a un cuartito todo sucio, amargándose cada vez más, ya sin su madre y Gerard como amigos.

Poco después recibe una llamada, su madre ha muerto. El llega y le dicen que dejó de comer, que no usó el dinero que él le enviaba ya que lo consideraba maldito por ser producto de un libro que le hace daño a la Iglesia. Morand le echa la culpa a la Iglesia de la muerte de su mamá, y en vez de hacerle un funeral religioso, él decide que sólo sea civil.

Llega el momento de la ordenación de Gerard, quien le invita a Morand a asistir, más éste no ve la invitación hasta ese mismo día y no asiste, pero la película va alternando las imágenes de Morand y Gerard justo en el momento en que Gerard toma los votos. Morand le dice en su mente que no lo haga, que es una mentira, pero Gerard lo hace con mucho amor. Morand le duele saber que si aceptó Gerard.

Una vez ya ordenado, Gerard visita a Morand, y en el camino vamos viendo distintas escenas al mismo tiempo de quienes oran por Gerard ya que saben a donde se dirige, El Obispo, sus amigos, Catherine…

Cuando llega Gerard, Morand lo recibe con mucha alegría, realmente lo extrañaba, le ofrece una taza de café y mientras se la prepara, Gerard se fija que hay un diario de Morand y lo lee, lee precisamente una parte donde dice que “todos los caminos pasan por Emaús, incluyendo el suyo”, además de que se encuentra arrepentido de lo que ha hecho, pero que es un poco orgulloso para aceptarlo en frente de los demás.

Cuando regresa Morand con el café, Gerard le dice lo que leyó y Morand se enfurece, como nunca se le ha visto, le avienta por las escaleras, le patea, le golpea, Gerard termina en el jardín y no se rinde, le dice a Morand que pida perdón, que sólo un sacerdote puede dárselo y él ya es un sacerdote. Morand golpea la cabeza de Gerard contra la pared y éste cae como muerto. Morand se espanta, pero al mismo tiempo le dice que no se haga el muerto, que se levante. Gerard lo hace, pero al hacerlo se revela que está sangrando por la nuca, casi se cae y Morand lo abraza. Le dice Gerard que la misión de su vida ha sido lograr que él vuelva al camino, que para eso Dios hizo que le conociese en aquel campo, que fueran tan amigos.

Con mucha pasión Gerard le pregunta a Morand si se arrepiente, y Morand ya en la desesperación de ver que se muere Gerard dice la verdad: “si”. Gerard le da el perdón como en una confesión y muere.

Unos policías pasan por ahí y los ven a los dos, entran y le preguntan a Morand qué quien es el que está yaciendo en el piso, Morand responde que es “el Hijo del hombre” y que él lo ha matado. Le preguntan que quién es él, a lo que responde su nombre seguido de un “y soy orgullosamente sacerdote católico”. Se lo llevan a la cárcel mientras carga en sus brazos el cuerpo de Gerard.

Fin de la Parte 3

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