martes, 15 de septiembre de 2009

El Renegado (Lé Defroqué) Parte 4


Al finalizar la película tuvimos 4 panelistas:


Lucila Servitje, candidato a doctorado por la Facultad de Teología de Barcelona; Paola Leonni, Doctora en Derecho; Luis García Orso S.J., Doctor en Teología por la Facultad de Teología de Barcelona; y, Mariano Azuela, Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En general sus comentarios fueron los siguientes:

Lucila Sertvije, habló de éste proceso de conversión, del camino de la fe que tiene que ver con algo recibido y con algo de apropiación libremente decidido: aceptar el llamado de Dios a participar en un proyecto inacabado. Para ella, todos tenemos algo del renegado, forma parte de nuestras conversiones el pasar por un estado de sospecha, de duda, de inquietud. El cuestionamiento, nos explica, también dado por Dios y al dejarnos interpelar por este proceso es que podemos acoger y cultivar nuestra fe. Convertirnos es hacernos cargo del crucificado que toca a nuestra puerta, “hacernos cargo de nuestro hermano”.

Paola Leoni nota en la película una fuerte influencia dostoyevskiana. El personaje de Morand pretende quitar lo sagrado a todo, pero al mismo tiempo tiene la memoria profunda de lo que es lo sagrado. Leoni, subraya sobre todo tres aspectos: primero, el tema del dolor, mostrado en un plano ontológico muy alto –Morand desea ya no seguir el llamado recibido- y, presenta también, un dolor de parto: parir a un alma salvada; segundo, el tema de la Iglesia presentado por el renegado como un “Cristo sí, la Iglesia no”, que nos pone un cuestionamiento sobre nuestro cristianismo individualista, y nos hace entender que no es posible no dar la vida si realmente se quiere la salvación del mundo.

Luis García S.J., lamenta que la película se haya presentado en una dicotomía entre un renegado y un creyente, más reconoce que esa dicotomía la llevamos todos dentro. La película no es sólo de sacerdotes, sino de todo ser humano que en su proceso de vida es creyente y renegado. Acercarnos a los demás y acercarnos a Dios es un proceso, un irnos haciendo creyentes, irnos aproximando al prójimo y a Dios. La película es también una historia de amor, un proceso de amistad: interesarse, amar, preocuparse, perdonar, sacrificarse por alguien… en suma, salvación comunitaria. Ya cerca del final de la proyección, el renegado escribe una frase “todos los caminos pasan por Emaús”, es decir, todos los hombres y mujeres pasan por el alejamiento, por la rebeldía por la tristeza, por la falta de fe… y pasa de pronto, que como católicos, queremos una vida fácil, pero debemos salir de nosotros mismo y avanzar, darse al otro.

Para Mariano Azuela, la película le hace recordar un discurso del papa Pío XIII que menciona: El “enemigo” se encuentra por todas partes y en medio de todos. Sabe ser violento y taimado. En estos últimos siglos ha intentado llevar a cabo la disgregación intelectual, moral, social de la unidad del organismo misterioso de Cristo. Ha querido la naturaleza sin la gracia; la razón sin la fe; la libertad sin la autoridad; a veces, la autoridad sin la libertad. Es un “enemigo” que cada vez se ha hecho más concreto, con una despreocupación que deja atónitos todavía: Cristo, sí; Iglesia, no.

(El resumen de los comentarios fue tomado de la pagina de IMDOSOC http://imdosoc.org/plataforma/)

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