viernes, 4 de diciembre de 2009

Anecdotas Sacerdotales 10


El Padre Daniel María López, colonizador de una región del eje cafetero acá en Colombia, tuvo muchas anécdotas, de entre las cuales entresaco la siguiente: Cierto día fue convocado para administrar a un enfermo que residía en zona rural a una distancia de 7 horas cabalgando. Le enviaron una persona con dos caballos, uno para él.

Salieron de la Casa Cural, y luego de recorridas unas cuantas horas, el Padre Daniel le dijo al acompañante: "mi maruchito, adelántese un poco que requiero hacer una necesidad personal" (mixionar), y como era muy recatado, no quería ser visto. El ayudante le obedeció, y quedó esperando. Al cabo de mucho tiempo (más de una hora), viendo que el Padre no aparecía, salió rumbo a la finca malhumorado, para decir que el Padre no había querido seguir, que lo había puesto a esperar un rato. Pero cuál fue la sorpresa, cuando los patrones le dijeron: "Por qué dejó venir solo al Padre?" Hace rato vino, atendió al enfermo, almorzó con nosotros y se volvió". Se dice que el P. López tenía el poder de la bilocación, y por eso cumplió su misión sin acudir a medios normales.

Se dice que en otra ocasión, cuando viajaba por un camino a pié, a la vuelta de un recodo, vio cómo Satanás le ponía la espalda a un alud, sobre el cual jugaban unos niños de corta edad, en el recreo de su escuela veredal. Como quiera que el P. López tenía sus encuentros con el demonio, le preguntó: por qué hace usted eso de contener el barranco para que no se derrumbe? el maligno le respondió: "Es que estos todavía no me pertenecen".- Muchas gracias, que Dios los bendiga

--F.B.H., Colombia

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