martes, 15 de septiembre de 2009

El Renegado (Le Defroqué) Parte 1


El jueves pasado tuve la oportunidad de ver esta película francesa de 1953 en IMDOSOC (Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana), que por cierto no fue facil que consiguieran, se nos explicaba que ni en la Secretaria de Gobernación (quien se preciaba de tener todas las peliculas del mundo) se encontró, y que fue gracias a una hermana religiosa que no se dio su nombre ni su orden, quien nos facilitó la película, pero estaba en su idioma original sin subtítulos, así que hubo que traducirla y ponérselos.

La persona que estuvo a cargo de conseguir la película y de ver como se le ponían dichos subtítulos fue el Sr. Mariano Azuela Guitrón, Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien dicho sea de paso fue uno de los 4 panelistas que comentaron la película en la sesión. El cuenta que tardaron varios meses en este proceso de encontrarla y subtitularla, y que honestamente valio la pena con tal de que todos nosotros pudiesemos disfrutarla.

Les relato la película por si no tienen la oportunidad de verla, de menos sepan de que se trata.

Todo comienza en un campo militar donde hay varios prisioneros, está el sacerdote (Padre Mascle) por celebrar una misa, pero esta gravemente enfermo y a pesar de que le indican que no lo haga, el mismo dice que si esta fuera la ultima misa que celebra, se sentiria mal de no hacerla solo por tener fiebre. Lamentablemente despues de la consagración se desmaya y lo llevan a la enfermería, donde recupera la conciencia y pide que le lleven a un sacerdote para que lo confiese, pero se cuestionan como le llevan otro sacerdote si el era el único en el campo... sin embargo, el P. Mascle dice que hay otro, uno que esta escondido, que no puede decir su nombre, pero que le digan que el lo está llamando y que no se le olvide que "un sacerdote lo es para siempre".

Regresan a donde se estaba celebrando la misa y dan el mensaje, y aquel sacerdote oculto resulta ser Morand, un hombre que critica fuertemente todo lo que sucede y se burla de la religión de los supuestos católicos del campo. Morand va a ver al P. Mascle y le dice que ha iso por amistad, por respeto y por el gran cariño que le tiene como persona, ya que sabiendo su identidad nunca le traicionó y nunca le mintió. El P. Mascle le pide que le de la extrema unción, pero Morand se niega ya que dice que no es mas un sacerdote, a lo que Mascle le repite "un sacerdote lo es para siempre", además le dice que no quiere morir sin haberlo puesto en el camino de la redención. Morand después de mucho batallar acepta, le da la extrema unción y Mascle muere.

Nota: Hay que recordar que esta película fue hecha antes del Concilio Vaticano II (1961-1965), por lo que hay cosas que veremos distintas (como lo de la extrema unción, que ahora se llama Unción de los enfermos), pero sobre todo hay muchisimas cosas que son "normales" ahora, pero que en aquella época fueron un gran escándalo.

Fin de Parte 1

El Renegado (Lé Defroqué) Parte 2


En el inter de todo esto llega un nuevo prisionero al campo, Gerard, quien al igual que Morand critica todo lo malo que ve, razón por la cual ambos personajes se comienzan a llevar bien desde un inicio.

Cuando Morand regresa y les dice a todos que el P. Mascle ha fallecido, comienza una curiosa escena entre todos los presentes, ya que están el Pan y el vino consagrados, pero como sólo el sacerdote puede tocarlos y ya se murió, no saben que hacer, entonces 3 de ellos deciden tomar las cosas y comulgar, pero en eso Gerard les detiene bruscamente y les dice que no son dignos de comulgar, ya que son hipócritas y soberbios. Finalmente es un humilde hombre el que se acerca para poder comulgar, dice que el esperaba salir del campo para matar a su esposa ya que lo dejo por otro hombre, pero que el P. Mascle le enseño a saber amar a quienes nos hacen sufrir y aprender a perdonar a quien nos daña, que esa Misa era la primera vez en muchísimo tiempo en que el comulgaría, así que pide ser el y se acepta. Gerard toma las cosas pero no sabe que hacer, así que Morand desde una esquina le va indicando como se lleva el rito.

Después de algún tiempo todos salen del campo, la guerra ha terminado y pueden regresar a Paris.

Para esto el acto de Morand ha llegado a oídos de sus amigos obispos, y lo interpretan como una señal de que (como ya lo dijo el P. Mascle) Morand puede estar en camino de su redención. Cuando llegan los prisioneros a Paris, hay quien espera a Morand y le comienzan a dar alojamiento. Mientras tanto, la familia de Gerard lo espera, pero antes de unirse a ellos Gerard le dice a Morand que el ha sido un buen amigo y una gran inspiración en su vida, por lo que decide volverse sacerdote, Morand trata de disuadirlo, pero Gerard no acepta, solo falta decírselo a su familia y que sea aceptado en algún seminario.

Gerard es acogido por su familia y por alguien más, su novia Catherine, a quien después le revela sus deseos de ser sacerdote y por ende no casarse con ella. Catherine está muy molesta y quiere a Gerard junto a ella a toda costa, aún cuando esto haga sufrir a su amado.

Morand escribe un libro donde expone las verdades de la Iglesia de entonces y molesta a muchísima gente, se le considera uno de los renegados de ella. Morand le envía un ejemplar con una dedicatoria a Gerard. Lamentablemente llega cuando Gerard esta hablando con Catherine y ésta alcanza a ver la editorial y le pide que le deje leer el libro. Gerard acepta sin saber lo planes de ella. Catherine lleva el libro al Seminario donde va a entrar Gerard y lo muestra como una prueba de que es muy amigo de Morand y que puede ser una causa de problemas en la Iglesia si se le permite ser sacerdote, por lo que pide que no solo se le niegue serlo, sino que le ayuden a que se case con ella para evitar males a la Iglesia. Y así sucede, Gerard es rechazado, lo cual le produce una profunda tristeza y dolor inimaginables.

El llega con Morand a reclamarle, puesto que se le indicó a Gerard que la razón de su rechazo es la amistad con Morand, le pregunta que por qué hizo lo que hizo, pero Morand no entiende nada, finalmente Catherine confiesa al ver que lastimo a su amado y que eso es peor que si ella sufriera.

Morand al verle sufrir decide ayudarle a ser sacerdote, ya que ve en el un verdadero amor a su vocación, por lo que le llama a uno de sus amigos obispos para que le acepte en su seminario a condición de que la amistad entre Gerard y Morand no sea obstáculo para que el primero pueda ser sacerdote. Gerard es aceptado.

Fin de la Parte 2

El Renegado (Lé Defroqué) Parte 3

Después de algún tiempo le llegan vacaciones a todos los seminaristas, y Gerard decide ir a visitar a su amigo Morand, quien le dice sarcásticamente cómo es que le permiten salir e irlo a ver, Gerard le dice que no solo a él verá sino también a Catherine, entonces Morand le dice que será un verdadero bautismo de fuego (Ya que aún no ha sido ordenado sacerdote y ese día será determinante para Gerard).

Van a cenar los 3 y aquí acontece una de las escenas más significativas de la película. Morand le pregunta a Gerard que si a ojos de él siempre será sacerdote, lo cual contesta afirmativamente, entonces pide una botella de vino y la vacía en un contenedor, y entonces dice que puede pronunciar “ciertas palabras” sobre ese vino y dejará de ser vino… Gerard trata de detenerlo, pero Morand lo hace y consagra el contenido de una botella y amenaza con tirarlo al piso si Gerard no se lo bebe. Catherine le ruega que los deje en paz, pero la cara de Morand es impresionante, el sabe que Gerard lo hará, sabe que caerá en su trampa…. Gerard bebe el contenido en medio de gritos de los demás, de música estruendosa y de Morand aplaudiendo con la alegría de alguien que logró se hiciera una travesura y un daño.

Gerard termina sintiéndose muy mal y odiando a Morand por lo que le hizo, pero después de reclamarle a todo pulmón en la calle, le perdona, y dice: “es un sacerdote quien te perdona ya que ahora estoy seguro de que esa es mi vocación”.

Morand estaba viviendo con su mama, una mujer muy amable y esperanzada de que su hijo un día regresara al buen camino.

La mama y Gerard congenian muy bien y entre los dos traman un ardid para que Morand se convierta, invitan a todos los demás “renegados”, sobre todo a aquellos que Morand detesta y que no le gusta que lo pongan en la misma categoría que ellos, y así se lleva a cabo, al verlos Morand los corre enérgicamente, pero después se percata del engaño de su mama y de Gerard y hace otra cosa, ni se une a los renegados ni tampoco regresa a la Iglesia, mas aún, decide irse de casa de su mama ya que se siente traicionado por ella, le indica que le seguirá dando dinero por las regalías del libro que escribió (y que tiene muy buena venta).

Morand se va a vivir a un cuartito todo sucio, amargándose cada vez más, ya sin su madre y Gerard como amigos.

Poco después recibe una llamada, su madre ha muerto. El llega y le dicen que dejó de comer, que no usó el dinero que él le enviaba ya que lo consideraba maldito por ser producto de un libro que le hace daño a la Iglesia. Morand le echa la culpa a la Iglesia de la muerte de su mamá, y en vez de hacerle un funeral religioso, él decide que sólo sea civil.

Llega el momento de la ordenación de Gerard, quien le invita a Morand a asistir, más éste no ve la invitación hasta ese mismo día y no asiste, pero la película va alternando las imágenes de Morand y Gerard justo en el momento en que Gerard toma los votos. Morand le dice en su mente que no lo haga, que es una mentira, pero Gerard lo hace con mucho amor. Morand le duele saber que si aceptó Gerard.

Una vez ya ordenado, Gerard visita a Morand, y en el camino vamos viendo distintas escenas al mismo tiempo de quienes oran por Gerard ya que saben a donde se dirige, El Obispo, sus amigos, Catherine…

Cuando llega Gerard, Morand lo recibe con mucha alegría, realmente lo extrañaba, le ofrece una taza de café y mientras se la prepara, Gerard se fija que hay un diario de Morand y lo lee, lee precisamente una parte donde dice que “todos los caminos pasan por Emaús, incluyendo el suyo”, además de que se encuentra arrepentido de lo que ha hecho, pero que es un poco orgulloso para aceptarlo en frente de los demás.

Cuando regresa Morand con el café, Gerard le dice lo que leyó y Morand se enfurece, como nunca se le ha visto, le avienta por las escaleras, le patea, le golpea, Gerard termina en el jardín y no se rinde, le dice a Morand que pida perdón, que sólo un sacerdote puede dárselo y él ya es un sacerdote. Morand golpea la cabeza de Gerard contra la pared y éste cae como muerto. Morand se espanta, pero al mismo tiempo le dice que no se haga el muerto, que se levante. Gerard lo hace, pero al hacerlo se revela que está sangrando por la nuca, casi se cae y Morand lo abraza. Le dice Gerard que la misión de su vida ha sido lograr que él vuelva al camino, que para eso Dios hizo que le conociese en aquel campo, que fueran tan amigos.

Con mucha pasión Gerard le pregunta a Morand si se arrepiente, y Morand ya en la desesperación de ver que se muere Gerard dice la verdad: “si”. Gerard le da el perdón como en una confesión y muere.

Unos policías pasan por ahí y los ven a los dos, entran y le preguntan a Morand qué quien es el que está yaciendo en el piso, Morand responde que es “el Hijo del hombre” y que él lo ha matado. Le preguntan que quién es él, a lo que responde su nombre seguido de un “y soy orgullosamente sacerdote católico”. Se lo llevan a la cárcel mientras carga en sus brazos el cuerpo de Gerard.

Fin de la Parte 3

El Renegado (Lé Defroqué) Parte 4


Al finalizar la película tuvimos 4 panelistas:


Lucila Servitje, candidato a doctorado por la Facultad de Teología de Barcelona; Paola Leonni, Doctora en Derecho; Luis García Orso S.J., Doctor en Teología por la Facultad de Teología de Barcelona; y, Mariano Azuela, Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En general sus comentarios fueron los siguientes:

Lucila Sertvije, habló de éste proceso de conversión, del camino de la fe que tiene que ver con algo recibido y con algo de apropiación libremente decidido: aceptar el llamado de Dios a participar en un proyecto inacabado. Para ella, todos tenemos algo del renegado, forma parte de nuestras conversiones el pasar por un estado de sospecha, de duda, de inquietud. El cuestionamiento, nos explica, también dado por Dios y al dejarnos interpelar por este proceso es que podemos acoger y cultivar nuestra fe. Convertirnos es hacernos cargo del crucificado que toca a nuestra puerta, “hacernos cargo de nuestro hermano”.

Paola Leoni nota en la película una fuerte influencia dostoyevskiana. El personaje de Morand pretende quitar lo sagrado a todo, pero al mismo tiempo tiene la memoria profunda de lo que es lo sagrado. Leoni, subraya sobre todo tres aspectos: primero, el tema del dolor, mostrado en un plano ontológico muy alto –Morand desea ya no seguir el llamado recibido- y, presenta también, un dolor de parto: parir a un alma salvada; segundo, el tema de la Iglesia presentado por el renegado como un “Cristo sí, la Iglesia no”, que nos pone un cuestionamiento sobre nuestro cristianismo individualista, y nos hace entender que no es posible no dar la vida si realmente se quiere la salvación del mundo.

Luis García S.J., lamenta que la película se haya presentado en una dicotomía entre un renegado y un creyente, más reconoce que esa dicotomía la llevamos todos dentro. La película no es sólo de sacerdotes, sino de todo ser humano que en su proceso de vida es creyente y renegado. Acercarnos a los demás y acercarnos a Dios es un proceso, un irnos haciendo creyentes, irnos aproximando al prójimo y a Dios. La película es también una historia de amor, un proceso de amistad: interesarse, amar, preocuparse, perdonar, sacrificarse por alguien… en suma, salvación comunitaria. Ya cerca del final de la proyección, el renegado escribe una frase “todos los caminos pasan por Emaús”, es decir, todos los hombres y mujeres pasan por el alejamiento, por la rebeldía por la tristeza, por la falta de fe… y pasa de pronto, que como católicos, queremos una vida fácil, pero debemos salir de nosotros mismo y avanzar, darse al otro.

Para Mariano Azuela, la película le hace recordar un discurso del papa Pío XIII que menciona: El “enemigo” se encuentra por todas partes y en medio de todos. Sabe ser violento y taimado. En estos últimos siglos ha intentado llevar a cabo la disgregación intelectual, moral, social de la unidad del organismo misterioso de Cristo. Ha querido la naturaleza sin la gracia; la razón sin la fe; la libertad sin la autoridad; a veces, la autoridad sin la libertad. Es un “enemigo” que cada vez se ha hecho más concreto, con una despreocupación que deja atónitos todavía: Cristo, sí; Iglesia, no.

(El resumen de los comentarios fue tomado de la pagina de IMDOSOC http://imdosoc.org/plataforma/)

domingo, 6 de septiembre de 2009

Iglesia de Regina Coeli (Natividad de María Santísima Reina del Cielo)



Hoy Domingo 6 de Septiembre se celebró la Fiesta Patronal de esta Parroquia. Tuve el gran honor de asistir a una visita guiada por el P. José Cenobio Ramírez Chávez, Párroco, sobre los retablos que adornan esta Iglesia.

Les anexo aquí algunas fotos y una breve reseña histórica realizada por los miembros de la Escuela de Pastoral de esa Parroquia (como fuente principal fueron las palabras del P. Cenobio). Yo le agregué algunas cosas que recuerdo comentó el P. Cenobio durante la visita guiada.

Reseña Histórica:

Las religiosas Concepcionistas llegan a México en 1530. A un espacio ubicado en; Lázaro Cárdenas, Rep. de Cuba, Belisario Domínguez y allende. (Fray Juan de Zumarraga fue quien las trajo)

Corría el año de 1573, (otros dicen que fue en 1570), cuando las Religiosas Concepcionistas inician la construcción de Regina Coeli. La autoridad civil les cedió un terreno en el entonces barrio de Moyotlán “Lugar de Moscos”, es decir que era medio pantanoso, cuyos límites serían las calles de Bolívar, San Jerónimo, Isabel la católica y Regina (ubicación de esta Parroquia).

El templo se edificó frente a un espacio libre que ya en el siglo XVII se conocía con el nombre de “Plaza Chiquita de Regina”. Su forma irregular se originó en el trazo de una de las acequias (zanjas) que atravesaban ese baldío. El convento y el templo primitivos fueron muy pobres, con cimentación deficiente. (Razón por la que sufre deterioro la primitiva construcción, los cimientos se hunden en el fango).

El templo fue inaugurado en 1656.

Tiene dos accesos o puertas, esto es para las procesiones, por una puerta se sale y por la otra se entraba (característica de los conventos de Monjas).
El reloj de la Parroquia lleva 304 años de servicio, ya que comenzó a funcionar en 1705, éste y el de catedral fueron los dos en llegar a América en el año 1703.

El interior de este hermoso templo cuenta con varios retablos, lienzos, imágenes y una capilla.

Retablo del Altar Mayor:

Aquí tenemos mucho de qué hablar. En la parte de arriba y en medio podemos apreciar la figura de Dios Padre, y a si izquierda y derecha unos angelitos que sostienen el sol y la luna.

Abajo de esta figura se encuentra San Jose sosteniendo a Jesús niño.

Abajo de la figura de San José se encuentra una pintura donde se relata la Natividad de María.

Abajo de esta pintura esta un Cristo de madera, el cual fue rest
aurado por el P. Cenobio. A la altura del Cristo encontramos 2 figuras centrales entre 2 columnas respectivamente.

El de la derecha es San Francisco y a la izquierda no recuerdo su nombre.

Ambos estan franqueados por 2 figuras respectivamente (4 figuras en total) que representan a los 4 evangelistas (San Mateo, San Lucas, San Juan y San Marcos).

Arriba de las columnas de los 4 evangelistas se encuentran los 12 apóstoles.

Viendo el Altar de frente, a la derecha tenemos otro retablo, el cual tiene una pintura muy interesante, en la parte superior tiene a la Santísima Trinidad, pero como se pintaba antes del Concilio Vaticano II (1961-1965), es decir, como Jesús representado 3 veces. Abajo de esta pintua encontramos a San Miguel Arcangel, a quien le faltan los brazos ya que con el paso de los años la luz del sol que le pega fue resecando la madera de la que esta hecho, y un día se cayeron los brazos y no se guardaron.

Abajo de la figura de ese Arcangel se encuentra la pinta de Santa Bárbara y el aniquilamiento de las 11,000 virgenes. A ambos lados de esta pintura encontram
os 2 arcángeles más: San Gabriel y San Rafael.

Abajo de estas figuras encontramos 2 pinturas, la de la izquierda es San Joaquin y a la derecha es Santa Ana.

En medio de ambas pinturas y exactamente abajo de la de Santa Barbara, tenemos una pintura peculiar, la llamada Virgen de la Pila, curiosa pintura ya que el P. Cenobio nos cuenta que el no ha encontrado esa advocación de la virgen en los libros, pero bueno, ahí esta la pintura.

A la derecha de este retablo, hay otro, pero con un estilo neoclasico, el cual tiene la figura de la Virgen de los Dolores.

Enfrente de estos retablos (es decir, viendolos del lado izquierdo del Altar Mayor, y este ultimo de frente) hay otros 2. El primero es el retablo de la Virgen de Guadalupe, cuya figura es lo central en el retablo, A ambos lados de la virgen vemos 4 pinturas representando 4 conversiones: la de San Agustin, San Pablo, San Ignacio de Loyola y San Isidro

Al lado izquierdo de este retablo está el de San José. Aquí podemos ver una pintura muy especial: San José pidiendo la mano de la María.

Al fondo de la nave:

Tenemos el órgano (solo de pantalla), la maquinaria se la llevó un Organero (El Sr. Latapí) y nunca la regresó. Al parecer la maquinaria era de fuelle, cuesta un millón de pesos su restauración. El que funciona es de medio concierto eléctrico.

El coro bajo era para que las monjas participaran en la Santa Misa, tenía reja y cratícula para la comunión, el coro bajo tenía además la cripta, con su osario en el fondo sus pudrideros. (El P. José Cenobio nos dice que una vez que entraban a este convento ni muertas salían de aquí, ya que aquí mismo eran enterradas). Actualmente ahí siguen, pero alguien de muy buena voluntad, al reparar el coro, selló todo eso y le puso el piso encima.

En el fondo a nivel de piso, tenemos un lienzo dividido en 7 partes, que son los 7 misterios que las monjitas rezaban.

Viendo el lienzo de frente, del lado izquierdo tenemos una imagen de bulto de un franciscano con un Jesús niño en sus brazos, cuenta el P. Cenobio que un día estaba una niña viendo la estatua y que de repente fue corriendo a ver a su madre (una dentista de la colonia) que se encontraba viendo el Altar para decirle que la figura estaba meciendo al niño, la madre fue a ver esto y ella misma confirmó que lo estaba meciendo.
En esta área es donde toman sus clases nuestros alumnos de la Escuela de Pastoral de esa parroquia.

PLATO FUERTE: LA CAPILLA, CONSAGRADA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN

La historia de Regina Coeli esta fuertemente vinculada con la familia de los Medina Picazo, una familia nobilísima de la ciudad de México, tenía su palacio en la calle de los Medinas (hoy República de Cuba).

Y es precisamente el Bachiller Don Buenaventura de Medina Picazo (miembro distinguido de esta familia), quien con el tiempo se vuelve sacerdote así como también promotor de la Capilla, iniciando de esta manera en 1729 los trabajos y gestiones correspondientes para la construcción de la Capilla, la cual es consagrada a La Inmaculada Concepción el 15 de noviembre de 1733 . La Capilla sigue siendo bellísima, aunque ahora solo refleja una parte muy pequeña de su antiguo esplendor.

Cuenta con un pequeño coro y 2 cratículas (ventanitas por donde se confesaban y se les daba la comunión a la monjitas), además de que la parte central del piso esta recubierta de Talavera de la Reina. Dicho piso el padre ha querido protegerlo, sin embargo CONACULTA aún no se lo aprueba dado que dicen que se puede dañar dicho azulejo en el proceso, así que mientras tanto no se permite el acceso por la parte del azulejo.

Las pinturas que se encontraban en el retablo fueron robadas, en su lugar hay otras de menor tamaño, y aún éstas sufrieron también robos, por lo que el P. Cenobio mandó hacer fotografías en tela de las pinturas de Santa Ana y San Joaquín para no dejar el lugar vacío.

Datos Históricos:

Regina Coeli es el primer convento construido por las monjas concepcionistas, para ellas y de su propiedad, al cual solo podían ingresar jóvenes españolas o criollas, de 18 a 25 años, con salud y por propia voluntad. La dote ascendía a cuatro mil pesos.

En 1863 se aplican las leyes expedidas por Juárez y es por ello que el 8 de Marzo de ese mismo año las Monjas Concepcionistas se ven obligadas a abandonar El Convento de Regina Coeli.

Gracias a la generosidad y filantropía de la señorita María Concepción Máxima Beistegui y García, quien rescata de la destrucción parte del convento, pues a su muerte cede sus bienes para la fundación de un hospital en lo que fuera el convento de Regina. (Así es como se logro salvar parte del Claustro Mayor y el Templo).

El resto del Convento es vendido (por Juárez) en 8 mil pesos al particular Florencio Velasco del Castillo (compadre suyo). El terreno donde se encuentra actualmente la Universidad del Claustro de Sor Juana era parte del Convento de Regina.

En 1931 el Templo de Regina Coeli fue declarado monumento artístico, en 1982 fue declarado monumento histórico de la nación por el (INAH), el 14 /oct/1986 el hospital Concepción Beistegui comienza a funcionar como asilo para ancianos. (En el patio del hoy asilo, aun se conserva la hermosa fuente original recubierta de azulejos).

Es por eso que cuando se habla de la Iglesia de Regina Coeli se esta hablando de una de las joyas virreinales mas hermosas e importantes que adornan el Centro Histórico de la Cd. de México.